Este lunes, 13 de noviembre, murió Indi Gregory, una bebé con una enfermedad terminal que se convirtió en el centro de una batalla legal que involucró a sus padres, funcionarios de salud británicos y el gobierno italiano.

La pequeña falleció luego que le suspendieran el domingo el tratamiento que la mantenía con vida.

De acuerdo con medios internacionales, el padre informó de que la pequeña murió y que su madre, Claire Staniforth, “la sostuvo hasta su último aliento”. En la misma publicación escribió «Mi hija murió, mi vida terminó a la 1:45«.

El bebé de 8 meses había sufrido daño cerebral como resultado de una rara condición conocida como enfermedad mitocondrial. El Gobierno italiano había solicitado permiso para que ella fuera tratada en un Hospital Infantil Bambino Gesu de Roma e incluso le concendió la ciudadanía italiana.

Sin embargo, los jueces británicos rechazaron la petición y se pusieron del lado de los médicos quienes argumentaron que Indi no tenía conciencia de lo que le rodeaba, estaba sufirendo y se le debía permitir morir en paz.