El 1 de juno de 2019, el recién electo presidente de la república, Nayib Bukele, brindaba su primer discurso ante una concurrida audiencia frente al Palacio Nacional, cuando la banda presidencial le fue impuesta.
El mandatario hizo un juramento, pero no estuvo solo. El pueblo repitió unánimemente cada frase del juramento, con mano alzada. Dos años después, Bukele ha cumplido con cada palabra dicha:
“Con la ayuda de Dios nuestro país va a salir adelante. Y este es el juramento más importante que he venido a hacer el día de hoy, y les pido lo hagan conmigo: ‘Juramos trabajar todos, para sacar a nuestro país adelante. Juramos, defender lo conquistado el 3 de febrero. Juramos que cambiaremos nuestro país contra todo obstáculo, contra todo enemigo, contra toda barrera, contra todo muro. Nadie se interpondrá entre Dios y su pueblo, para poder cambiar El Salvador’”.
Cada acción ha sido aplaudida por la gran mayoría de salvadoreños que ha sido testiga de todos los obstáculos que la oposición (Arena, Fmln, Rodolfo Parker, Anep, Fusades, Corte Suprema de Justicia) le ha puesto durante estos dos años: oposición al presupuesto para el Plan Control Territorial que da seguridad a la población, oposición a la compra de computadoras para los estudiantes del sistema público, oposición a la compra de vacunas, oposición al fideicomiso para ayudar a las micro, pequeñas y medianas empresas, oposición a la construcción del mejor hospital de América Latina, oposición a la construcción de viviendas para familias afectadas por las tormentas tropicales, oposición a la entrega de paquetes alimentarios. La lista de obstáculos es larga.
A pesar de eso, el mandatario se las ingenió para cumplirle al país. Y el pueblo se lo agradeció. En febrero de 2021, fueron los mismos salvadoreños que dieron su respaldo nuevamente al Presidente, otorgándole la mayoría calificada en la Asamblea Legislativa y le quitó los obstáculos del camino para que pueda gobernar. Los cambios no se hicieron esperar y los nuevos diputados, principalmente de Nuevas Ideas, están aprobando todo lo que va directo al beneficio de la población.
Entre aplausos y dectractores, el presidente Bukele mantiene números de aprobación jamás otorgados a un mandatario en todo el mundo, luego de 24 meses al frente de los destinos del país. “Una larga luna de miel” con la población, expresó un periodista español.