Ecuador se debate entre una guerra de de bandas que mantiene en incertidumbre a sus habitantes al no encontrar salidas viables a esta grave problemática.
Se trata de la «nueva normalidad» en un país donde los delincuentes hacen de las suyas en cualquier rincón de ese país suramericano.
El sábado, varios sujetos sujetos fuertemente armados irrumpieron un salón de billar en Playas, en la provincia ecuatoriana de Guayas, y ametrallaron a quienes se encontraban en el lugar. Ese hecho de violencia, acabó con la vida de diez personas.
En la provincia de Manabí, una de las zonas más violentas del país, se vivió una jornada de terror con un saldo de personas asesinadas a mediados de la semana pasada, por lo que fueron desplegados más de 2 mil militares en la zona.
Los hechos del sábado ocurrieron en el marco de la preparación para extraditar a Adolfo Macías, «Fito”, el mayor narcotraficante del país, recapturado tras permanecer un año prófugo.
Las autoridades vinculan este escenario a las conexiones entre pandillas, crimen organizado, elementos del Estado y el narcotráfico son profundas y complejas, y la violencia -que en 2025 ya cobrado más de 4.200 vidas en los primeros seis meses del año.
Según el registro, a diario se registra un homicidio por hora, a pesar de las medidas adoptadas por las autoridades.