El pueblo salvadoreño le brinda gobernabilidad al presidente Bukele; diputados y alcaldes que apoyarán sus proyectos, en lugar de bloquearlos.

Pese a las numerosas anomalías suscitadas en el proceso electoral, la ciudadanía impuso su voluntad de conferirle a Nuevas Ideas mayoría calificada en la Asamblea Legislativa y más de la mitad de municipalidades.

Desde tempranas horas de la madrugada, representantes del Tribunal Supremo Electoral (TSE) impidieron el ingreso de miembros de Nuevas Ideas a centros de votación en todo el país, para que integraran las Juntas Receptoras de Votos (JRV); esto pese al dictamen de la presidenta de la institución, que los autorizaba a entrar.

En tal sentido, muchos centros electorales abrieron sus puertas al electorado, sin que las JRV contarán con representación del partido del Presidente Bukele, por lo que los militantes de los demás partidos (como ARENA y FMLN) pudieron haber ejecutado toda clase de acciones poco transparentes.

Además, un gran número de lugares de votación iniciaron tarde, pero cerraron a las 5:00 P.M., negándole el derecho al voto a miles de ciudadanos. En realidad, debió haberse compensado el retraso en la apertura, con tiempo suplementario para ejercer el sufragio. Un ejemplo de ellos fue la colonia Santa Marta en San Salvador.

Peor aún, en muchos centros de votación se acabó la tinta indeleble, y por ello clausuraron la votación horas antes de las 5 P.M.

Del mismo modo, el Secretario de Innovación Vladimir Handal señaló una larga lista de fallas en el sistema informático del TSE, entre las cuales, denunció que se trastocaba el orden de los votos de las actas, y se le asignaban a otro partido político. Desde antes de llevarse a cabo las elecciones, el partido vio con preocupación los simulacros fallidos del ente colegiado.

La anomalía más grande de los comicios corresponde al hallazgo de una caja que contiene papeletas con votos para Nuevas Ideas en un lugar abandonado de la escuela donde se desarrolló la votación. Los ciudadanos que encontraron la caja acusan al partido ARENA del intento de fraude.

Las sospechas de la colaboración del TSE para ejecutar fraude electoral yacen, desde un principio, en la composición orgánica de la entidad; que debiendo ser apolítica, está integrada por magistrados de partidos políticos. Entre ellos se encuentran Guillermo Wellman, exasesor de ARENA e implicado en el caso El Chaparral; así como Julio Olivo, del FMLN, quien se ha declarado abiertamente opositor al Presidente Bukele y al partido Nuevas Ideas. Ambos magistrados han efectuado declaraciones en las que toman partido, cuando deberían ser imparciales, en virtud del cargo que desempeñan.

A pesar de que el proceso electoral estuvo marcadamente viciado, la población logró imponer su voluntad, otorgándole a Nuevas Ideas las riendas del primer Órgano de Estado, y de más de la mitad de los concejos municipales del país.