Estos institutos políticos habrían desviado cientos de millones de dólares del dinero de los salvadoreños.

«Algunas de nuestros primeras pesquisas indican: los diputados aprobaban fondos para ONGs. En estas, se contrataba a familiares y amigos de los mismos diputados y de otros políticos corruptos, una nueva variante de plazas fantasma.
La labor de la institución no era fiscalizada»
, reveló el presidente del congreso y diputado de la Bancada Cian, Ernesto Castro en la red social Twitter.

Del mismo modo, comunicó que la asignación del presupuesto para estas pseudo-oenegés se llevaba a cabo en función de los intereses o deudas políticas que los parlamentarios habían contraído con sus financistas, y que de esta manera sustrajeron cientos de millones de dólares de la Hacienda Pública.

La nueva legislatura, mayoritariamente integrada por Nuevas Ideas, está efectuando investigaciones de actos de corrupción de los partidos políticos tradicionales, como ARENA y el FMLN, que por décadas habían quedado en la impunidad.

Politólogos sostienen que si no fuera por el enriquecimiento ilícito, que por años habrían perpetrado estas fuerzas políticas, hace mucho tiempo que El Salvador habría salido del subdesarrollo.