Los diputados del partido FMLN este martes dieron la espalda al mártir san Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, al no votar por un pronunciamiento que se propuso en el pleno para conmemorar el martirio del religioso, que lo llevó a ser elevado a los altares como el primer santo salvadoreño.
Romero y Galdámez fue asesinado la tarde del lunes 24 de marzo de 1980 en la iglesia Divina Providencia, en los momentos que oficiaba una misa y recibió un balazo en el corazón. El francotirador fue identificado como Marino Samayoa Acosta, un subsargento de la extinta Guardia Nacional que utilizó un fusil calibre 22 con bala explosiva.
El día anterior a su muerte y en última homilía, monseñor Romero dijo: “Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios… Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla… Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado… La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación”.
“Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre… En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión…!”, fue el último mensaje de Romero a todos los soldados en el frente de batalla.
Por la enseñanza de monseñor Romero, el FMLN siempre usó la figura del santo para sacar rédito político de los feligreses católicos, incluso el expresidente y prófugo de la justicia salvadoreña, Mauricio Funes se atrevió a decir que era su “guía espiritual”, sin embargo, Funes se dedicó a hacer todo lo contrario a lo que profesaba el sacerdote y se le acusa de saquear las arcas del Estado.
Este martes ocurrió un hecho sin precedentes en las actuaciones del Fmln, que durante más de 30 años han retomado la figura de Romero como uno de sus estandartes políticos, a pesar de los cuestionamientos de la Iglesia Católica. Arena tampoco acompañó la iniciativa de la bancada de Nuevas Ideas, pero en el caso de ese partido nunca han ocultado su rechazo a la figura del arzobispo, e incluso su fundador Roberto d’ Aubuisson Arrieta es señalado como autor intelectual del asesinato del religioso.