Como Lüers, hay varios autodenominados opositores del Gobierno de Bukele que están en contra de todos los beneficios que la actual gestión ha llevado por primera vez a los salvadoreños, demostrando que más allá de oponerse al Gobierno, se oponen al bienestar de la población.

El columnista del Diario de Hoy, Paolo Lüers, en su desesperación porque ve derrumbarse la argolla de poder en la que se ha sostenido durante décadas y la decadencia en la que va cayendo la desgastada oposición política a la que él pertenece, vuelve a incitar a los medios de comunicación para aliarse en contra del Gobierno, a pesar del claro respaldo que Bukele y su Gabinete de Gobierno tienen de la población y que fue evidenciado en las elecciones del domingo.

«Si el poder total se logra consolidar, sin que nadie lo controle de manera crítica y pública, al fin ya no habrá espacio para periodismo profesional y crítico y empresas mediáticas independientes”, dice Lüers, quien ha sido por años columnista de un medio de comunicación que ha respondido a intereses económicos de sus financistas y lo que menos ha hecho es profesar un periodismo independiente.

“Una vez más el ex «servidor de tragos» hace un llamado a alinear medios y golpear al gobierno, con la debilitada oposición política. Clama a brindarles todos los espacios posibles y a hacer «más periodismo». Desesperado, nada le sale bien y está cayendo en el más burdo activismo”, señaló el secretario de Prensa de la Presidencia de la República, Ernesto Sanabria.

Como Lüers, hay varios autodenominados opositores del Gobierno de Bukele que están en contra de todos los beneficios que la actual gestión ha llevado por primera vez a los salvadoreños, demostrando que más allá de oponerse al Gobierno, se oponen al bienestar de la población.

Estos detractores no han soportado que el Gobierno entregue alimentos y viviendas a los más vulnerables, que se mejore el sistema nacional de salud, que se entreguen computadoras a estudiantes y maestros y que, por primera vez, los salvadoreños estén presenciando una verdadera transformación de El Salvador.