El Liverpool se coronó este domingo campeón de la copa de la liga inglesa tras derrotar por la vía de los penaltis al Chelsea.

El encuentro, jugado a un ritmo de ida y vuelta, estuvo parejo, y por la falta de efectividad de ambas escuadras o el despliegue efectivo de las defensas, concluyó 0-0 en los 90 minutos.

Y el mismo ritmo prevaleció en la prórroga con una mayor posesión de los “Reds” y unos contraataques peligrosos de la escuadra “Blue”, aunque sin poder abrir el marcador.

Sin embargo, gracias al fallo de Kepa tras 22 lanzamientos en la fase de penaltis, los de Jurgen Klopp se quedaron con la novena copa inglesa.