El expresidente Mauricio Funes, que estuvo prófugo de la justicia, fue un personaje de la vida política que, así como deleitó con sus entrevistas en el vigente canal 12, así terminó delatándolo sus ansias por llegar al poder.

Su misma popularidad le alcanzó para hacerse de un puesto de presidente de El Salvador en el segundo período del FMLN en sustitución de Salvador Sánchez Cerén.

En sus entrevistas hablaba de combate de la corrupción, de gobiernos irregulares, de la incapacidad de sacar a flote un país o de administraciones deshonestas, factores que lo impulsaron para una candidatura, de la cual resultó ganador.

Funes gobernó entre 2009 y 2014 y estaba llamado a convertirse en estadista centroamericano de este siglo, tras dos décadas de gobierno de Arena.

Pero en su haber, hubo más ruido que pocas nueces, y al finalizar su período terminó fugándose a Nicaragua huyendo de la justicia por varios delitos vinculados a corrupción.

En 2023, el Juzgado Tercero de Sentencia lo condenó a seis años de cárcel por el delito de evasión de impuestos, tras declarar información falsa para evitar pagar $271,000 en el período fiscal de 2014.

Y en mayo de ese mismo período, recibió una condena de 14 años por si vinculación en el caso conocido como “tregua entre pandillas” en un acuerdo con su gobierno en 2012.

Tras un proceso judicial que permite castigar a los reos ausentes, también el Juzgado Quinto de Sentencia de San Salvador lo condenó a ocho años de cárcel por beneficiar a una empresa guatemalteca en la construcción del puente San Isidro, sobre el río Lempa, a cambio de recibir una avioneta como regalo.

Funes no quiso enfrentar la justicia y lejos de ello recibió en Nicaragua en el régimen de Daniel Ortega asilo político y amparado en la constitución de ese país no podía ser objeto de extradición.