El Real Madrid se impuso 3-1 al Stuttgart que le complicó en la mayor parte del encuentro pero que nuevamente pudo salir avante a base de su experiencia y apelando a la acostumbrada épica.

Cuando más difícil la pasaba el equipo merengue, vino el gol del equipo gracias a un maravilloso Mbappé a pase del brasileño Rodrigo.

Acostumbrado a tomar las manijas de los encuentros, el equipo rival no se acomodó y siguió martillando con buen fútbol y sus líneas bien altas hasta que logró colocar el del empate.

El partido cobró mayor intensidad pero fueron los de Ancelotti que mejor saben hacer el oficio de esperar y aguantar, y fue así que llegó el segundo gol y el último de Endrick que entró de cambio para sellar el definitivo.

Quedó la sensación de que el cuadro alemán pudo irse con un mejor resultado pero por su historia y peso, los de Valdebebas supieron aprovechar las oportunidades y empezar con pie derecho en esta competencia, donde se suele mover como un pez en el agua.