El Gobierno de Estados Unidos expresó su respaldo a la reciente reforma constitucional aprobada por la Asamblea Legislativa, para la reelección presidencial. Un portavoz del Departamento de Estado afirmó que la decisión de realizar cambios constitucionales es una prerrogativa de la Asamblea salvadoreña, elegida democráticamente.
La postura de Washington se distancia de las críticas de diversas organizaciones de derechos humanos y de la oposición local. El vocero del Departamento de Estado rechazó las comparaciones del proceso salvadoreño con regímenes dictatoriales en la región, calificándolo de «basado en la democracia y constitucionalmente sólido».
La reforma, ratificada el pasado viernes, no solo permite la reelección, sino que también extiende el período presidencial de cinco a seis años, elimina la segunda vuelta electoral y alinea las elecciones entre diputados, alcaldes y presidente.
Por su partes, el presidente Bukele respondió a las críticas asegurando que la mayoría de los países desarrollados permiten la reelección indefinida, citando ejemplos como el Reino Unido y España.